When Harry Met Sally… 

Película de 1989 dirigida por Rob Reiner. Algunas preguntas a Rob:

1. ¿Porque Harry tiene el rol de la autosuficiencia?

2. ¿Porque en las escenas de los matrimonios –salvo excepciones– habla el hombre y la mujer escucha con cara de felicidad?

3. Por qué Harry met Sally, y no Sally met Harry? 

4. Los roles después de hacer el amor. con desapego, Harry se va; Sally se raya. Se contrapone con la escena de la otra pareja, abrazados mientras duermen. El tema se transforma en una de la escenas fuerte de la peli, en una especie de nudo que se deshace en la última escena (vid. infra).

5. Harry/Sally cumplen las estrategias de parejas descritas por Eva Illouz: modelo acumulativo maculino vs modelo sucesivo femenino. En tout cas, Harry es promiscuo y Sally no.

6. A cinco minutos del pitido final el director se la juega con un dialogo bastante nefasto:  

«Harry appears and declares his love for her».

S: «no puedes esperar que todo se solucione con un te quiero».

H: me encanta que sientas frio cuando estamos a 22 grados.

que tardes una hora y media para pedir un taxi.

me encanta la arruga sobre tu nariz al mirarme como si estuviera loco

como despues de pasar un dia contigo puedo oler tu perfume en mi ropa

y que seas la ultima persona con quien quiero hablar antes de irme a dormir

Y no es porque me sienta solo,

ni porque sea año nuevo

«I came here tonight because when you realize you want to spend the rest of your life with somebody, you want the rest of your life to start as soon as possible.»

El hombre se arriesga…y gana [el amor de una mujer].

7. Según Wikipedia:

“The film addresses but does not resolve questions along the lines of «Can men and women ever just be friends?»

“he film helped popularize many ideas about love that have become household concepts now, such as the «high-maintenance» girlfriend and the «transitional person».

8.La sociedad considera que es una cuestión digna de ser tratada, digna de dar lugar a una película.

Carrillo, «Eurocomunismo y Estado»

Barcelona, Ed. Crítica , 1977. Acceso: file:///C:/Users/diazr/Downloads/eurocomunismo-y-estado.pdf

Cap. 1, «El Estado frente a la sociedad», pp. 15-34.

1. Partidos inmorales (p. 16):

«En la política al uso, hasta en un país como España, que sale penosa e inciertamente de cuarenta años de dictadura, los partidos políticos —no el nuestro— acuden a todos los trucos que tácticamente les ayuden a erguirse y afirmarse, sin embarazarse demasiado por los principios».

2. Una verdad marxista (p. 18):

«Porque el aparato del Estado, en su conjunto, sigue siendo el instrumento de la clase dominante, y un instrumento de mucho cuidado. Esta es una verdad marxista. El Estado no está por encima de las clases, no es un árbitro entre ellas, como pretende
repetir una ideología que se remonta, en unas u otras versiones, por lo menos hasta Hegel y que el fascismo ha llevado al extremo límite».

3. Estetas (p. 21):

«Mis respetos para los estetas; también ellos pueden desempeñar y desempeñan un papel útil recordando los límites que la política no debe traspasar: pueden ser una especie de conciencia moral. Pero si tuvieran que hacer ellos mismos la política terminarían en la horca, a manos de las fuerzas conservadoras, o evadiéndose de su función para huir del riesgo. Desencadenarían catástrofes mucho mayores».

4. Libre concurrencia (p. 27):

«Aunque los gobernantes hablen aún de liberalismo y de libre concurrencia, ésta, que existió realmente en otros períodos del capitalismo, desaparece totalmente. El crecimiento fabuloso de la tecnología la ha matado. Y como el desarrollo de la lucha de clases ha ido por detrás del de las fuerzas productivas, no es el Estado socialista el que ha puesto fin a la libre concurrencia en nuestro mundo occidental; es el Estado de los monopolios el que trata de atribuirse una función social, por encima de las clases y de las ideologías, para justificar su permanencia».

5. Instrumento de dominación (p. 29):

«Este Estado de hoy, que no solamente tiene a su servicio al ejército, a la policía, a los magistrados, a los cobradores de impuestos y a la burocracia tradicional, sino a cientos de miles de enseñantes, administradores, técnicos, periodistas y otros trabajadores, sigue siendo el instrumento de la dominación de clase que definían Marx, Engels y Lenin; pero sus estructuras son mucho más complejas, más contradictorias que las que conocieron los tres maestros del marxismo, y sus relaciones con la sociedad presentan ciertas características diferentes».