Artículo de Juan Moscoso del Prado publicado en El Diario el 14 de septiembre de 2021 titulado «Por un acceso a la función pública equitativo y sin barreras invisibles«.
Es corriente entre los economistas de cuño estadounidense (se menciona a Luis Garicano, doctor por Chicago), la crítica de la oposición, invento napoleónico, poco arraigado en el ámbito anglosajón. Nótese ideas clave de estas corrientes, como lucha contra los privilegios y el corporativismo, igualdad en el sentido de John Rawls (mencionado por el autor), etc.
Desventajas del sistema de oposición (fragmentos del artículo).
1. Ignora el expediente académico y educativo que es el elemento e indicador más objetivo y neutral que existe, cualesquiera que sean la renta u otros elementos propios del opositor.
2. No toma en cuenta el coste económico y el tiempo de preparación
Los aspirantes cuyas familias no pueden financiar los años que dedicarán a preparar las oposiciones sufren una clara discriminación por renta.
3. Asimetría del coste oportunidad del tiempo invertido.
Coste oportunidad al optar por no trabajar inmediatamente después de finalizar sus estudios.
4. Imprevisibilidad e irregularidad de la oferta pública de empleo y de las convocatorias de oposiciones.
5. Cultural centralista y discriminación territorial.
6. El sistema desprecia la formación complementaria -posgrado- y la experiencia laboral.
Discrimina a los «excelentes» entendidos como aquellos que continuaron sus estudios -máster, MBA, doctorados, investigación- por ejemplo, con becas nacionales, europeas o internacionales, con frecuencia becas públicas lo cual implica una inversión considerable de recursos públicos.
7. Existencia de una cultura corporativa poco accesible y opaca.
La fragmentación de los cuerpos de élite en compartimentos estancos sin posibilidad alguna de movilidad transversal también genera problemas.
Menciona el caso francés (ENA) y de la UE:
Ese corporativismo ha propiciado que cada oposición haya desarrollado contenidos de carácter endogámico que son relevantes para poderla superar. Este tipo de contenidos no corresponden necesariamente con materiales objetivos o académicos, sino propios de la cultura corporativa de cada familia profesional que defiende su existencia y escalafón con determinación. Son contenidos que en la práctica constituyen barreras de entrada para los ajenos al grupo, marcadores que solo pueden obtenerse en el ecosistema corporativo al que se desea ingresar, lo cual promueve la existencia de sagas y una categoría especial de subjetividades, una vez más con apariencia de neutralidad.
El autor propone un sistema de cuotas:
«Por ejemplo destinando un 25% de plazas al sistema de oposición, otro 25% para un cupo de ingreso para graduados sin experiencia laboral seleccionados por méritos académicos y/o algún tipo de examen no memorístico, un tercer 25% por concurso para permitir el acceso tras una primera etapa de experiencia profesional -por ejemplo 4/5 años como hace la Unión Europea en sus convocatorias- y/o tras haber culminado estudios complementarios de postgrado, y un 25% final por concurso también para accesos posteriores con más experiencia de trabajo».